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"Toda la sabiduría humana se resume en dos palabras: Espera y Esperanza" - Alejandro Dumas

Algo que escribí meses atrás y nunca lo mostré:

Abril es un mes extraño, medio especial, medio turbulento, medio romántico, medio estresado, medio largo, medio corto, mes de amores incondicionales. Mes de música, de libros, de estudiar, de pruebas, de cumpleaños, de calor, de frío, de sonrisas y posts extraños. Mes de ver fotos, de leer poemas, de redescubrir libros, de escribir de noche, de sonrisas furtivas, de tragos fuertes, cigarros y café. Mes de chocolates, de un almuerzo especial, de onces solitarias, de té, mate y pan con huevo. Un mes que me gusta, porque por fin queda atrás el verano, de calores extremos, polvo y sudor. Se inicia el otoño (el de verdad) con hojas cayendo, bufandas y pañuelos. De vientos con susurros extraños, de mirar las estrellas jugando tras las nubes, de nostalgia, de canciones nuevas, de fiestas alegres y tardes en un café viendo pasar a la gente. Cada día de Abril de cada año ha sido diferente, extraño y único. Quizás es el mes que más quiera, que más añore, porque es tan especial y de tantos cambios. Quizás es mi propia primavera, quizás es el aire más húmedo que me recuerda la niñes, quizás es el reencontrar viejas amistades, viejos libros, viejos sabores, viejos olores y ver como han cambiado en el tiempo, como han madurado, se han vuelto más bellos, más suaves, más alegres, mas fuertes y más felices.

Creo que me estoy enamorando de este mes, de una castaña que no es rubia, de un libro, de un cigarro y del futuro.